Cuando Dios nos invita a un proceso de restauración, nos está ofreciendo caminar con Él en un viaje sin regreso, lleno de aventura, retos, pruebas, tiempos difíciles, tiempos de gran gozo y de conquista; en el transcurso de este viaje, Jesús nos entrega regalos de valor eterno, nos los va entregando paso a paso, y nos los quiere entregar todos, si no desmayamos.
Algunos de estos regalos son: una relación profunda y genuina con Él, perdón, limpieza, libertad, sanidad, propósito, Su fruto completo, y abundancia en todas las áreas. Su promesa de sanidad y prosperidad se resume en este versículo:
“Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud.” (3 Juan 1:2)
Todos aquellos que han emprendido este viaje tiempos atrás, que ya son poseedores de un testimonio de la sanidad de sus almas, están listos para proseguir a esta parte de la aventura, obedecer a Dios con sus finanzas, un reto del cual solo pueden obtenerse ganancias incalculables.
Te animamos a creer y a recibir todo, sin perderte de nada, lo que Dios ha planeado para ti. El viaje continua, y recuerda que abrazados a Él siempre Hay Esperanza.
Jaime y Liliana García