Dios muchas veces arruina nuestros planes para cumplir los suyos. ¡Gracias Señor por haber arruinado mis planes!
Esta poderosa verdad nos recuerda que el propósito de Dios siempre es mayor que nuestros propios deseos y expectativas. En Canaan Church, creemos que la restauración y la transformación comienzan cuando permitimos que Dios tome el control de nuestra vida, incluso si eso significa dejar atrás lo que habíamos planeado.
El Costo del Llamado
Ser hijo de Dios es un privilegio, pero también implica una gran responsabilidad. Jesús no solo habló de los beneficios del Reino, sino también del costo de seguirle:
“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.” (Mateo 16:24)
El amor de Dios no nos exime de la responsabilidad de vivir como hijos suyos. Las declaraciones de fe cobran verdadero peso cuando atravesamos la aflicción. Como dice la Palabra,
“Me hizo bien haber sido afligido, porque así pude aprender tus estatutos.” (Salmo 119:71)
Dios utiliza las pruebas y dificultades para formar nuestro carácter. Una mentalidad de víctima nunca aprende, pero quien se deja moldear por Dios, crece y madura.
Revelación y Reprensión: El Camino de Pedro
En Mateo 16:13-23, vemos cómo Pedro recibe una gran revelación al declarar que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Sin embargo, poco después, intenta impedir el plan de la cruz y Jesús lo reprende:
“¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.”
Aquí aprendemos que una voz cercana puede convertirse en tropiezo, y que la reprensión de Dios no es rechazo, sino una bendición que nos ayuda a crecer. Jesús no rechazó a Pedro, sino al espíritu de oposición que hablaba a través de él.
El Propósito Marca Tus Pasos
Pedro aún no tenía claro su propósito y quería evitar el sufrimiento. Puedes haber sido llamado, pero aún no haber sido formado. Puedes tener dones, pero aún necesitas carácter.
El propósito de Dios marca tus pasos, determina tus relaciones, tus decisiones y tu manera de vivir. Cuidado con los consejos que halagan pero te desvían de la cruz; muchas veces, la vía fácil se disfraza de buenas intenciones.
No Te Dejes Engañar
La historia de Absalón (2 Samuel 15) nos muestra cómo la rebelión puede disfrazarse de justicia. No todo lo que suena justo proviene de Dios. Como Pedro, hay voces que parecen piadosas, pero son tropiezos en nuestro camino.
En medio de la oposición, el rey David clamó al Señor y escribió el Salmo 3:
“Tú eres escudo alrededor de mí, mi gloria, y el que levanta mi cabeza.”
Dios promete guardar, fortalecer y levantar a los que confían en Él (Salmo 91:9-16). El enemigo no puede detener lo que Dios está haciendo en tu vida.
Toma Tu Cruz y Síguelo
El mensaje de Jesús no es siempre conveniente, pero sí es verdadero.
“El que quiere ser mi discípulo, tome su cruz y sígame.” (Mateo 16:24)
Cuando tienes la revelación de quién es Jesús, también descubres quién eres tú y cuál es tu asignación. Obedecer a Dios puede parecer una derrota en lo natural, pero es la única vía para experimentar Su victoria y propósito.
Conclusión: Persevera y Permanece
La restauración de tu vida y de tu familia depende de tu decisión de permanecer en la asignación que Dios te ha dado. No te desanimes ante la aflicción o la reprensión; son parte del proceso de formación. Permanece firme, persevera y confía en que Dios está obrando en ti y a través de ti.
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Te invitamos a unirte a los ciclos del programa “Hay Esperanza”, donde podrás experimentar sanidad, crecimiento y propósito en comunidad.
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Permanece en tu asignación. Hay esperanza para ti y tu familia.