Amada Familia,
Quiero compartir con toda nuestra comunidad un mensaje y una invitación que Dios me ha dado en este tiempo; pero no es sólo para mí, es para todos. Es una invitación a entrar a un tiempo de ayuno y oración. Dios me está llamando a proclamar que ¡este mes de Febrero es tiempo de ayuno y oración!
Amada Familia,
Quiero compartir con toda nuestra comunidad un mensaje y una invitación que Dios me ha dado en este tiempo; pero no es sólo para mí, es para todos. Es una invitación a entrar a un tiempo de ayuno y oración. Dios me está llamando a proclamar que ¡este mes de Febrero es tiempo de ayuno y oración!
“Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat, y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi. 3 Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. 4 Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová.” 2 Crónicas 20:2-4
Antes de continuar, quiero una vez más agradecerles a todos los que han estado orando y guerreando por nosotros, aunque tienen sus propias guerras. Que Dios les dé siete veces lo que piden para nosotros.
Les quiero compartir lo que Dios me ha permitido aprender acerca del ayuno.
Primero que todo es una disciplina espiritual a la que Dios mismo nos llama en Su Palabra, junto a la disciplina de la oración.
He aprendido que el ayuno no se trata acerca de “hacer dieta” o “pasar hambre”, ni hacerle “huelga de hambre a Dios” para convencerlo de que haga lo que nosotros queremos, todo por el contrario, es una herramienta espiritual para fortalecer nuestro espíritu, de tal manera que podamos sintonizarnos con el cielo, con el corazón del Padre, que nuestros oídos espirituales y discernimiento sean afinados para que podamos escuchar, entender y colaborar (ser parte de) lo que Dios quiere hacer y está haciendo.
He aprendido también que cuando viene los momentos de debilidad y tentación, que van a venir, es parte de la experiencia y de lo que Dios nos quiere enseñar, lo que debemos hacer es utilizar cada uno de esos momentos que somos tentados a romper el ayuno, utilizarlos como impulso y recordatorio para volver a orar, para ir nuevamente a la Palabra, para ir y encerrarse unos minutos y postrarse y simplemente adorar a nuestro Dios.
Cada vez que vencemos la carne y al enemigo de nuestra alma, nuestro espíritu se hace más fuerte, y no sólo más fuerte sino más cercano y más en sintonía con el corazón del Padre.
El ayuno es como una terapia espiritual sanadora que lleva nuestro espíritu, nuestra alma y nuestro cuerpo a un nuevo nivel. Es una disciplina que utiliza un aspecto físico/natural (privar el cuerpo de ciertos alimentos y/placeres o distracciones) para traer resultados sobrenaturales.
De principio a fin de la Palabra vemos la disciplina del ayuno. No únicamente Daniel ayunó; recordemos que Moisés ayunó, Elías ayunó, Ester ayunó, Job ayunó, David ayunó, Juan ayunó, Pablo ayunó, y muchísimos otros, incluyendo a Jesús. Y todos fueron diferentes, no todos duraron el mismo tiempo, ni todos fueron igual de difíciles, ni tampoco estaban todos viviendo las mismas pruebas ni eran las mismas circunstancias. El denominador común fue que el Señor los llamó a ayunar porque tenía grandes propósitos con ellos y necesitaba que ellos estuvieran completamente alineados con Él y fortalecidos en su espíritu.
El ayuno es una disciplina espiritual y un llamado que Dios hace a una persona o a una congregación. Esto no es equivalente a los ayunos que se hacen para bajar de peso, ni a los que se hacen por restricciones médicas, ni tampoco cuando la persona no come porque está demasiado angustiada o triste…ese no es el ayuno al que nos estamos refiriendo. El ayuno al que la Palabra de Dios nos llama es un llamado de Dios y tiene propósitos espirituales específicos.
Cada persona puede seguir el ayuno de Daniel, o el ayuno de Esther, o el ayuno particular específico que el Señor le dicte a cada uno en su corazón. Él es quien da las instrucciones y los detalles a cada persona de cómo hacer el ayuno, cuánto tiempo, por qué, para qué, qué cambios debe hacer la persona durante el ayuno, qué hacer, qué dejar de hacer, qué leer, qué aspectos de la Palabra estudiar, por cuáles milagros estar orando y dando gracias. No se trata solo de alimentación, es un tiempo de consagración. Para muchos, muy seguramente incluirá apartarse de las redes sociales, noticieros, películas, algún hobby, algunas actividades sociales, en fin, distracciones y placeres, que impidan el propósito del ayuno.
El domingo pasado de manera sobrenatural el Señor me habló y me invitó a hacer el ayuno de Daniel con propósitos claros y específicos. Me dijo también que invitara a toda la comunidad, a todos los que están orando por nosotros, pero que este ayuno no sería únicamente para orar por la total sanidad de Jaime, sino que Él quiere romper cadenas y desatar milagros y bendiciones que están a la espera de que Sus hijos entren en un tiempo de ayuno y oración.
Les pido que oren y pidan confirmación del Señor en sus corazones en cuanto a si deben o no entrar en un tiempo de ayuno y oración, y si la respuesta es Sí, Él mismo les dirá cómo.
Para quienes sean dirigidos a hacer el ayuno de Daniel, aquí les presento un resumen de lo que aprendido acerca del ayuno que él hizo.
El ayuno de Daniel fue un ayuno de 21 días y su alimentación era básicamente lo que se conoce hoy como una alimentación vegana.
“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. 9 Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos; 10 y dijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi señor el rey, que señaló vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que él vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos que son semejantes a vosotros, condenaréis para con el rey mi cabeza. 11 Entonces dijo Daniel a Melsar, que estaba puesto por el jefe de los eunucos sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías: 12 Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos den legumbres a comer, y agua a beber. 13 Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey, y haz después con tus siervos según veas. 14 Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con ellos diez días. 15 Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey. 16 Así, pues, Melsar se llevaba la porción de la comida de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres.
17 A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños. 18 Pasados, pues, los días al fin de los cuales había dicho el rey que los trajesen, el jefe de los eunucos los trajo delante de Nabucodonosor. 19 Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey. 20 En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino.” Daniel 1:8-20
“En el año tercero de Ciro rey de Persia fue revelada palabra a Daniel, llamado Beltsasar; y la palabra era verdadera, y el conflicto grande; pero él comprendió la palabra, y tuvo inteligencia en la visión.
2 En aquellos días yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas. 3 No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas. 4 Y el día veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel. 5 Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. 6 Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. 7 Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron. 8 Quedé, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno. 9 Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras, caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi rostro en tierra.
10 Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. 11 Y me dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando. 12 Entonces me porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. 13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. 14 He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días.” Daniel 1:1-14
Podemos ver en estos pasajes la experiencia de Daniel durante sus tiempos de ayuno, vemos la fortaleza y la sabiduría que le fue dada y el respaldo de los cielos sobre su vida y llamado.
De acuerdo a varios estudiosos de la Palabra, se ha llegado a una conclusión aproximada de cómo se alimentó Daniel durante su ayuno. Les presento aquí un listados de alimentos que pueden ser parte del ayuno de Daniel:
Bebidas: agua, leche de almendras, leche de coco, agua de coco y jugos verdes
Vegetales: Todos los vegetales. Frescos o cocinados.
Frutas: Todas las frutas, preferiblemente aquellas menos dulces.
Granos integrales o enteros: Arroz integral, quinoa, avena, millet.
Frijoles y legumbres: Frijoles negros, frijoles rojos, frijoles cabecita negra, garbanzo, lentejas, arvejas. Deben ser cocinados en agua y vegetales.
Nueces y semillas: almendras, cashews, walnuts, chia, linaza, semillas de calabaza, de sésamo.
Todo lo que no está mencionado aquí, no forma parte del ayuno de Daniel.
Recuerden que los detalles de alimentación, tiempo y propósito se lo dará Dios a cada uno. El ayuno de Daniel es simplemente un tipo de ayuno.
¿CUÁLES SON LO BENEFICIOS DE AYUNAR?
Varían de una persona a otra, pero podemos estar seguros de que habrá beneficios para nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu.
BENEFICIOS DEL AYUNO PARA NUESTRO CUERPO
BENEFICIOS DEL AYUNO PARA NUESTRA MENTE Y NUESTRAS EMOCIONES
BENEFICIOS DEL AYUNO PARA NUESTRO ESPÍRITU
Esto es realmente el propósito del ayuno; pero nuestra mente, nuestras emociones y nuestro cuerpo también son grandemente beneficiados. Estos pueden ser algunos de los beneficios espirituales:
Si Dios te confirma que debes entrar al ayuno y el propósito del ayuno, queremos apoyarte y estar orando los unos por los otros. Además, les estaré enviando más apoyo y guía cada semana.
Un abrazo y mil bendiciones,
Lily
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