Sabemos que atravesar una enfermedad puede hacer que te sientas débil y agotado. En estos momentos difíciles, recuerda que Dios está contigo y que Su amor y poder sobrepasan cualquier circunstancia.
«Él mismo tomó nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias.» (Mateo 8:17)
¿Tal vez hoy has sentido alguna vez indigno de acercarte a Dios y pedir que te sane de alguna enfermedad? La naturaleza humana nos hace creer que debemos “ganarnos” la gracia , pero Jesús desafía esta creencia. La sanidad que Él ofrece no depende de nuestra perfección ni de méritos acumulados, sino de Su santidad y amor incondicional.
“Jesús sana por Su santidad, no por la nuestra”
Efesios 2:4-5 Lo explican, «Dios, en Su misericordia, nos dio vida aun cuando estábamos muertos en pecados.» Esto significa que Dios no nos pide perfección antes de extender Su gracia. La religión a veces nos lleva a pensar que debemos cumplir requisitos estrictos o ser «merecedores», pero el amor de Jesús es mucho más grande que nuestras fallas.
“La gracia de Dios no depende de tus méritos, sino de Su inmenso amor.”
La historia de los diez leprosos (Lucas 17:11-19) muestra cómo Jesús sanó a diez personas y, aunque solo uno regresó a darle gracias, Él no retiró la sanidad de los otros nueve. Esta acción deja claro que la generosidad de Dios no depende de una respuesta humana específica. La fe es suficiente para activar Su poder en nosotros.
Dios no espera perfección, solo fe.
Aquí, la mujer con flujo de sangre demuestra una fe audaz al acercarse a Jesús a pesar de que, según la ley, era considerada impura. Su fe y la acción de tocar el manto de Jesús resultaron en una sanidad inmediata, revelando que Su gracia y poder no son limitados por normas culturales o condiciones físicas. Jesús se enfoca en la fe de la mujer, no en su condición.
Mucho cuidado, la Sanidad y Salvación No Es Una Excusa para Pecar
Al recibir la gracia de Dios, también tenemos el llamado a vivir en transformación. Romanos 6:1-2 nos advierte de que la abundancia de la gracia no es una licencia para permanecer en el pecado. Al contrario, la sanidad de Dios abre una puerta hacia la renovación completa de nuestras vidas.
La sanidad es un primer paso hacia una vida transformada.
La Biblia nos recuerda que la sanidad es una promesa en Cristo, quien llevó nuestras dolencias y enfermedades en la cruz (Mateo 8:16-17). Esta promesa nos asegura que podemos acercarnos a Dios en nuestras necesidades con la certeza de que Su voluntad es restaurarnos en cuerpo y espíritu. Él promete sanarnos no por lo que hacemos, sino porque nos ama profundamente.
La sanidad que Dios ofrece es un reflejo de Su gracia y Su amor inmenso. No tienes que ser perfecto para acercarte a Él, ni cumplir con un estándar imposible de santidad. Dios solo pide un corazón dispuesto a creer.
Dios es un Dios de sanidad, y Su promesa de restauración sigue siendo tan real hoy como siempre. Te invitamos a descansar en Su amor y a fortalecer tu fe. Mira la prédica completa en nuestro canal de YouTube Canaan Church y Permítele obrar en tu vida. Conéctate con Él en oración, confiando que Su mano sanadora te sostiene y te restaura.
Petición de Oración
En Canaan podemos ayudarte si quieres tener una mejor relación con Dios es por eso que queremos que orar por ti.
También nos gustaría que iniciaras el Viaje interior Somos una comunidad transformada, una vez sin esperanza y sin vida, ahora dedicada a brindar esperanza, amor y consuelo.