En un mundo donde las luces brillantes del orgullo y la autoafirmación a menudo eclipsan la verdadera esencia del amor, te invitamos a un viaje diferente. Este mes, mientras muchos celebran el orgullo gay, queremos desafiarnos a aprender más allá de lo superficial y descubrir algo más profundo y transformador: el amor incondicional de Dios.
¿Alguna vez has buscando desesperadamente amor y aceptación en los lugares equivocados? No estás solo. En Canaán, creemos que el verdadero amor no es solo una emoción pasajera o un eslogan para una campaña; es una fuerza poderosa que puede sanar las heridas más profundas y cambiar nuestras vidas para siempre.
Llenandonos del amor de Dios y analizando sus beneficios y entenderemoss las devastadoras consecuencias de vivir sin él. Este no es solo un artículo; es una invitación a transformar tu vida.
Entendamos el Ciclo del Dolor
En nuestra iglesia, Canaán, enseñamos profundamente sobre el “Ciclo del Dolor” en nuestro programa de Sanidad Interior. Este ciclo nos muestra de manera práctica cuánto necesitamos el amor de Dios en nuestra vida.
Déficit de Amor
El déficit de amor es la ausencia o carencia de amor, manifestándose en formas como abusos, rechazos, abandonos, traiciones y promesas incumplidas. Estas experiencias nos marcan profundamente, afectando nuestra capacidad de amar y ser amados.
Jesús resumió la ley en dos mandamientos esenciales:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:37-39, NTV)
Los dos mandamientos más fundamentales que Jesús enfatizó—amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos—son el fundamento no solo de la ley, sino de una vida plenamente realizada en amor. Sin embargo, el incumplimiento de estos mandamientos es común y sus efectos se sienten profundamente en nuestras vidas personales y comunitarias.
Cuando las figuras clave en nuestras vidas, como nuestros padres o quienes nos cuidaron desde pequeños, no cumplen con estos mandamientos, se inicia lo que en Canaán Church conocemos como el Ciclo del Dolor. Este ciclo empieza cuando aquellos destinados a enseñarnos a través del ejemplo el amor incondicional, fallan en su misión. Tal vez porque no amaron a Dios con todo su ser o porque no fueron capaces de transmitir ese amor hacia nosotros ni hacia ellos mismos. Este tipo de amor requiere una entrega total y una devoción que muchos encuentran difícil de alcanzar.
El resultado de este incumplimiento es a menudo un dolor profundo y persistente. Este dolor se manifiesta en sentimientos de rechazo, abandono, y una falta de autoestima, que puede seguirnos a lo largo de nuestras vidas, influenciando nuestras relaciones y cómo interactuamos con otros. La ausencia de un modelo de amor divino y humano adecuado conduce a un ciclo vicioso de dolor y desamor, donde el individuo afectado puede luchar para romper el patrón y experimentar el verdadero amor que Dios intentó para cada uno de nosotros.
Este déficit de amor auténtico tiene repercusiones que van más allá de la relación individual, afectando cómo esas personas se relacionan con la sociedad y su entorno. No haber experimentado amor incondicional puede llevar a buscarlo de maneras que no siempre son saludables o constructivas, perpetuando el ciclo de dolor y dejando un vacío que sólo el amor de Dios puede llenar adecuadamente.
- Como consecuencia, comenzaron muchas conclusiones en mi mente acerca de quién soy yo, quien es mi papá, quien es mi mamá, quien es Dios, acerca de la vida, de muchas cosas.
- Y cada una de esas conclusiones, como resultado del rechazo, del déficit de amor, cada una de esas conclusiones son erradas, son mentiras.
- Y esto es lo que denominamos una fortaleza, y es el segundo punto del ciclo del dolor.
Watchman Nee define una fortaleza como una estructura de pensamiento negativa que se forma en nuestra mente. Estas fortalezas consisten en argumentos y razonamientos que desarrollamos para justificar nuestras acciones y pensamientos, aunque estén en contra de la verdad de Dios. En sus enseñanzas, Nee explica que una fortaleza es una colección de pensamientos negativos que se oponen a lo que Dios ha dicho acerca de nosotros.
“Porque las armas de nuestra contienda no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo.” (2 Corintios 10:4-5, LBLA).
Una fortaleza puede formarse cuando, por ejemplo, una persona ha sido abandonada o rechazada por su padre. Esta experiencia dolorosa puede llevar a desarrollar pensamientos negativos como “nadie me va a querer”, “siempre estaré solo”, “no merezco nada bueno”, o “debo ganarme el amor a través de mis actos”. Estos pensamientos se repiten una y otra vez en la mente, creando una estructura habitual de pensamiento que es difícil de romper.
Cuando buscamos aliviar nuestro dolor o llenar nuestros vacíos en lugares diferentes a Dios, caemos en pecado y desobediencia. Santiago 1:13-15 (NTV) nos advierte que la tentación viene de nuestros propios deseos y que el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.
Tinieblas
Vivir en desobediencia y pecado nos lleva a las tinieblas, donde secretos y egoísmo dominan nuestra vida. Este estilo de vida distorsiona nuestro entendimiento del amor y nos aleja de la verdad de Dios.
Opresión Satánica
La opresión satánica es un ataque externo que ocurre cuando vivimos en tinieblas y pecado no confesado. Cada vez que no perdonamos o guardamos resentimiento, damos permiso a las tinieblas para que nos roben las bendiciones de Dios (Jeremías 2:13, NTV).
Algunas personas pueden necesitar liberación de opresiones satánicas, pero esto solo resuelve el problema temporalmente. Para una solución definitiva, debemos confesar nuestros pecados, renunciar a nuestros ídolos y cambiar nuestro estilo de vida.
El Amor de Dios
El único amor perfecto y capaz de llenar nuestros vacíos es el amor de Dios. Este amor nos establece en nuestra verdadera identidad y nos da valor. Recordemos que nuestros padres fueron representantes del amor de Dios, pero solo Él puede proveernos el amor perfecto.
En Canaán, estamos comprometidos a ayudarte a encontrar y experimentar este amor transformador. Únete a nosotros en nuestro viaje de sanidad y restauración, y descubre cómo el amor de Dios puede resolver mil problemas en tu vida.
Si quieres saber más del tema por favor mira la predica completa:
Canaán Church
14301 SW 119 Ave, Miami, FL 33186
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