En el viaje de la vida, estamos llamadas a vivir según el plan que Dios ha diseñado para cada una de nosotras. En Su corazón, Él concibió un propósito único para cada una de Sus hijas. Pero para alcanzar ese propósito, debemos estar dispuestas a desempeñar nuestro papel, a tomar acción, y a seguir la visión que Él tiene.
Descubriendo la Visión y el Propósito
Para comenzar este emocionante viaje, necesitamos discernir nuestra visión y nuestro propósito con la guía del Señor. Debemos preguntarnos: ¿Quién dice Dios que soy? ¿Cómo voy a lograrlo? ¿Y por qué? Estas tres preguntas (qué, cómo y por qué) nos brindarán una dirección clara para nuestras vidas.
Invierte tiempo en definir el tipo de vida que deseas vivir, la persona que anhelas ser y la huella que quieres dejar en este mundo. Tu vida es como una ciudad compuesta de diferentes edificios, y cada uno tiene un diseño único. También existen murallas que rodean y protegen esa ciudad, que simbolizan límites saludables.
El libro de Proverbios nos recuerda que una mujer cuyo espíritu no tiene riendas es como una ciudad derribada y sin muro. Así que, ¿cómo está tu ciudad? ¿Hay edificios que están en buen estado y otros en ruinas?
Detente un momento en esta lectura y tómate un momento para dibujar tu ciudad en 10 minutos y reflexiona sobre su estado actual.
Dejando una Huella Profunda, ese es tu legado
Es crucial comprender que siempre dejamos una huella, ya sea de dolor o sanidad, que puede marcar y condicionar a otros. La profundidad de esa huella es lo que realmente importa. ¿Qué tipo de huella deseas dejar en tus hijos, tu esposo, tu comunidad, tu empresa y en el mundo digital?
Construir es un Proyecto y un Proceso
Construir tu vida es un proyecto continuo que lleva tiempo. Habrá contratiempos, imprevistos, éxitos rotundos, errores y fracasos en el camino. Para lograrlo, debemos ser intencionales en nuestra planificación y enfoque.
A menudo, nos encontramos quejándonos de la falta de productividad, insatisfacción y la sensación de no avanzar. Esto sucede cuando vivimos en reacción, enfrentando los días sin un plan definido. Necesitamos tener un mapa visual de nuestra ciudad en construcción, un proyecto que es nuestra vida, con todos sus elementos.
Cuando vivimos en un estado de reacción constante, estamos a disposición de lo que el mundo nos presenta, en lugar de ser los arquitectos de nuestras propias vidas. Esto nos lleva a sentir que nuestros días transcurren sin un propósito claro, y nuestras metas y sueños permanecen distantes e inalcanzables.
La solución a este problema radica en tener un mapa visual de nuestra ciudad en construcción. Visualicemos nuestras vidas como una ciudad en desarrollo, con diferentes edificios que representan áreas importantes como nuestra familia, carrera, salud, relaciones y crecimiento espiritual. Cada uno de estos edificios necesita atención y construcción continua.
La Agenda de Dios
Proverbios 4:18 nos recuerda que la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. Dios tiene un plan para lograr este crecimiento continuo en nuestras vidas. Él anhela que tomemos el control de todos los aspectos de nuestras vidas y los sometamos a Su señorío y excelencia.
Enfocándonos en lo Importante
Nuestro enfoque es una herramienta poderosa para mantenernos en gozo. Sin embargo, hay tres cosas que nos distraen y nos hacen perder el enfoque: evadir el dolor, buscar placer inmediato y ceder ante las demandas de otros. Es importante centrarnos en Cristo, nuestra meta, para mantener la dirección correcta en la vida.
La mayoría de las personas tiende a priorizar lo urgente en lugar de lo importante.
Vivir en modo automático, cediendo ante las demandas del día a día, puede llevar a una sensación de insatisfacción y estancamiento. La buena noticia es que hay soluciones. Romper este ciclo implica un cambio consciente de enfoque y prioridades.
Define tus metas con claridad y elabora un plan para alcanzarlas. Organiza tu tiempo a través de una agenda o calendario que incluya bloques de tiempo dedicados a tus objetivos importantes. Aprende a decir no a las demandas que no contribuyen a tus metas, y elimina las distracciones que te alejan de tu camino.
Establece límites para proteger tu tiempo y energía, y cultiva hábitos diarios que te impulsen hacia tus sueños. Sé constante en revisar tu progreso y realiza ajustes según sea necesario. Busca apoyo de una comunidad o en amigos y familiares de confianza y recuerda por qué comenzaste este viaje en primer lugar.
Rompe el ciclo de lo urgente y tomarel control de tu vida, trabaja en la construcción de tus sueños. Vivir conscientemente y enfocado en lo importante te llevará a una vida más plena y significativa, donde tus sueños se convierten en realidades.
Construir tu vida de acuerdo al diseño de Dios requiere claridad, enfoque y acción intencionada. Pregunta a Dios cuál es tu propósito y trabaja en establecer una dirección clara para tu vida. Deja una huella profunda y enfócate en lo que realmente importa. Recuerda que construir tu vida es un proyecto continuo, pero siguiendo la agenda de Dios, encontrarás plenitud y propósito en el camino.