El Poder de Nuestra Boca – Día 3 | Mayo 24

Palabra de Dios: “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno. Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.  De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.” Santiago 3: 6-12

Perlas: ¿Qué tal esa descripción de la lengua? Aquí seguimos leyendo cuán fuerte es el poder de la lengua y cuán difícil es llegar a “domarla”, leímos que “ningún hombre puede domarla”. Esto es por supuesto, en sus fuerzas jamás lo logrará. También nos confronta la Palabra con el hecho de que con la misma boca con la que bendecimos y alabamos a Dios, con esa misma boca maldecimos o herimos a los demás. Dice la Biblia que esto no puede ser, que no es posible que de una misma boca salga amor y amargura. Pudiéramos concluir que si estamos dañando, hiriendo y maldiciendo a ciertas (o a todas) personas con quienes compartimos la vida, y por otro lado estamos alabando a Dios, entonces nuestra alabanza es falsa. Y cuando estamos midiendo muy bien nuestras palabras con algunas personas que nos interesan (porque nos representan un beneficio) entonces nuestra respeto y palabras de honra también son falsos. Piénsalo, ¿por qué tu jefe es digno de tu respeto, pero tu hijo no? ¿Qué sentido tiene esto? La misma Biblia dice también que si no puedo amar a mi hermano, no es real que pueda amar a Dios. 

El poder de nuestra boca es inmenso. Las palabras que nos dijeron las personas significativas de nuestra vida, terminaron convirtiéndose en nuestras “verdades y creencias”. Los golpes en el alma que recibimos nos han durado miles de veces más que los golpes físicos. Ese es el poder de la boca. ¿Qué tal si comenzamos a utilizar ese poder guiados por Aquel que nos lo dio? Te imaginas cuántos corazones pudiéramos sanar, cuántas personas caídas pudiéramos levantar. Imagínate ser usado por Dios para sanar, impactar y transformar vidas eternamente, comenzando por tu familia.

Oración: Señor, me arrepiento de cada palabra hiriente que ha salido de mi boca. Me arrepiento porque he pretendido y permitido que de mi boca salga bendición y maldición. Hoy decido perdonar a cada persona que me hizo daño con sus palabras. Perdono persona por persona, herida por herida. Los perdono y te pido perdón porque yo he repetido la historia. Perdóname y ayúdame Espíritu Santo a cambiar mi historia y la historia de mi familia utilizando el poder que me has dado, el poder del fruto de mis labios.

Reto del día: Haz una lista de las personas que te hirieron con el poder de sus bocas. Escribe las palabras que te dijeron. Perdónalos uno por uno. Toma del perdón que Cristo te ha dado y perdónalos. Después de perdonarlos, serás libre del poder de sus palabras sobre tu vida y de las consecuencias que has arrastrado hasta hoy.

Petición de Oración

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